Yo creo que la vejez empieza más o menos a los 20 años, es decir
cuando el cuerpo alcanza cierta plenitud y luego viene la decadencia. Por
supuesto no hay una edad clara para ello, pero cada uno debe saber amoldar su
cuerpo a sus posibilidades.
Alberto es de esos tipos, que ha hecho de su cuerpo un perfecto
mantenimiento, ha sabido moldearlo hasta llegar a su jubilación y estar en muy
buenas condiciones. Eso dice mucho de su estado mental. Es tranquilo, analiza
mucho las posibilidades de todo, pero sabe cómo conseguir lo máximo.
Hay personas que cuando llegan a la Jubilación se pasan el día
jugando a las cartas en el Casino de turno, de vez en cuando hacen un viaje a
Benidorm y….¡¡Pobres!! Alberto es de los que prefieren estar con su Isabel, coger
su Harley y a ser posible rodearse de buenos amig@s. Alberto es de los que
saben apreciar que todo el esfuerzo hecho hasta aquí, no hay que
desperdiciarlo, que la vida hay que saborearla, que cada momento tiene su
recuerdo, y que lo que hagas repercute en tu estado.
Hoy yo he tenido la suerte de poder acompañarlo, de rodar un
rato junto y de apreciar un buen momento degustando ese placer que es comer. A
las nueve estábamos en el Restaurante Loriguilla de nuestro amigo Molina, para
disfrutar de un sabrosísimo bocadillo XXL, y la buena compañía de otro gran
hombre como es Molina.
Después del almuerzo y poner las máquinas en marcha para sentir
rugir el motor debajo de nosotros, hemos salido dirección Godelleta, Cheste, Villamarchante,
Marines y Naquera, donde hemos disfrutado de una cerveza fresquita y
despedirnos hasta la próxima. Él ha seguido dirección de Puerto Sagunto y yo hacia
Lliria, con un calor sofocante pero con la satisfacción de pasar una mañana
junto a esas máquinas que llamamos custom, pero que lo mejor que tienen es los
momentos que nos proporcionan.
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