Sucede
en muchas ocasiones que nuestro gran amor debe partir hacia un lugar
lejano, a veces por un largo periodo, y otras por poco. Nunca se está
seguro, lo cierto es que durante ese periodo, uno se pone a recordar
todos los momentos vividos, y resulta un poco triste el hecho de
pensar que ya se a vuelto a ir.
Por
más que se haya marchado, siempre vas a estar en mi mente, pues
resignarme es algo que no podré. Comprended que la amare toda la vida”. Vivimos una situación que no sabemos si sera de meses o de
años, en cualquier caso se hace duro, y eso que estamos resignados a
ello. Existe por parte de ella, la misma situación, pero con el gravamen de que esta allí sola, sin los amig@s,
cosa que a mi aun me ¨mata mas ¨pues me reconcome pensar que en el
fondo soy mas afortunado que ella, cosa que daría lo que fuese por
ser al revés. Pero la vida nos pone estos caminos bajo nuestros pies,
y podemos pararnos o seguir. Y decididamente nosotros somos de los de
seguir.
Nos vamos a Alcublas, a un almuerzo organizado por el hermano Rullet.
Si pudiera volver a escuchar su risa, la guardaría para dejarla sonar cuando el silencio cruce mi soledad.
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