Fin de semana medieval
En
pleno mes de agosto, ni muy avanzado ni muy pronto en el calendario,
Rubielos se pone el traje medieval. Se viste la villa de gala para
recordar tiempos de gran riqueza cultural.
Los orígenes de la fiesta están relacionados con el toro júbilo, el
astado medieval, hace 19 años, cuando el Ayuntamiento decidió retomar
esta forma antigua de la fiesta nacional. Se monta un mercado
típicamente medieval en el que adquiere protagonismo la artesanía del
lugar.
Ahora se organizan recreaciones históricas, populares, una cena medieval, espectáculos de animación callejera, etc. La historia de esta fiesta es reciente, del año 1987, pero plenamente consolidada. Las calles se transforman en un escenario medieval iniciándose con un pregón el viernes por la noche, seguido de la serenata en el Portal de San Antonio.
El sábado por la mañana comienza el mercado artesanal con gran cantidad de puestos con estilismo de la época como requisito imprescindible. Se pueden comprar todo tipo de productos artesanales y curiosidades. Se paran en las calles de Rubielos tejedores, alfareros, matarifes, cesteros, etc. Un cuadro variado de bellas damas con trajes cristianos y caballeros y pobres de la plebe. Incluso los pícaros y juglares capean a sus anchas por las calles.
Ahora se organizan recreaciones históricas, populares, una cena medieval, espectáculos de animación callejera, etc. La historia de esta fiesta es reciente, del año 1987, pero plenamente consolidada. Las calles se transforman en un escenario medieval iniciándose con un pregón el viernes por la noche, seguido de la serenata en el Portal de San Antonio.
El sábado por la mañana comienza el mercado artesanal con gran cantidad de puestos con estilismo de la época como requisito imprescindible. Se pueden comprar todo tipo de productos artesanales y curiosidades. Se paran en las calles de Rubielos tejedores, alfareros, matarifes, cesteros, etc. Un cuadro variado de bellas damas con trajes cristianos y caballeros y pobres de la plebe. Incluso los pícaros y juglares capean a sus anchas por las calles.