Nos imaginamos que el ser motero es que
hay que ir a todos los lados con la moto como si fueren nuestros pantalones, y
no es así.
Moteros
somos porque nos gusta viajar en moto, porque entendemos de la libertad que te
da la moto, porque somos más sensibles a disfrutar del viaje. A cualquier
motero le dices de viajar sólo por autovías, y seguro que no lo admite, los
paisajes, los pueblos, los rincones más escondidos, eso es viajar y conocer
nuevos sitios. El automovilista lo que quiere es llegar cuanto antes a los
sitios, cómodo, descansado y a ser posible sin contacto salvo las grandes áreas
de servicio, hasta llegar al destino.
Y es
lícito, o sea que por eso no son raros, pero el ser motero, es ser otras
cosas es compartir buenos momentos con
los compañer@s, es ir a donde están ellos cuando ellos no pueden salir, es
disfrutar de las diferencias de opiniones, y por supuesto es apoyarse unos a
otros en momentos que la vida se nos pone cuesta arriba.
Decía un sabio que la vida es como una
montaña, unas veces vas hacia arriba y otras al revés. Pues cuando se va cuesta
arriba, ahí deben de estar los compañeros para ayudarles a que la ascensión la
puedan pasar al menos acompañados.
Hoy domingo habíamos quedado en Vila
Real a degustar un buen almuerzo en un sitio nuevo y ver algo alrededor, pero
el tiempo nos esperaba para ¨putearnos” así que decidimos ir en coche para que
no se saliera con la suya, que sería suspender ese almuerzo y esas charlas con
los amigos. Porque creemos que así al menos cumplimos con la parte más sensible
de ser moteros, que es poder estar con los amig@s.
Y al final las conversaciones fueron tan
amenas que se nos pasó la mañana, no visitamos nada, pero al menos tenemos la
satisfacción de que el tiempo no pudo dejarnos sin esos momentos.
Un reportaje de LORENZO ANDANTE
Para el BLOG LOSPERROSNEGROS