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domingo, 17 de enero de 2016

MUSEROS,Un dia de Agility

Introducción
Vivir con un perro te cambia la vida. No solo es una gran responsabilidad, sino que es una fuente inagotable de enseñanza y bienestar. Haber compartido gran parte de mi vida con animales me ha hecho inmensamente feliz pero además me ha aportado innumerables beneficios.
En realidad cada día me enseña a no enfadarme. La vida no es de color de rosa y eso mi perro lo sabe; sin embargo, es capaz de perdonar cualquier fechoría o cualquier salida de tono y seguir hacia adelante, porque hay un lazo mucho más grande que nos une para siempre.
Escuchar su respiración sosegada en la noche me produce una paz indescriptible. Se tumba cerca de mí y se siente seguro y amado. Tanto como yo a su lado. Me resulta tan delicioso escucharle como a otros les resulte beneficioso el canto de los pájaros o el silbar del viento.
Un perro te enseña cientos de cosas, te da lo que necesites y te seguirá toda la vida. Pero lo que un animal te va a enseñar es a quererte y a aceptar el hecho de ser una persona merecedora de amor.

Mi perro me ha hecho mejor persona y sé que seguirá haciéndolo cada día. Me ha enseñado el valor de decir te quiero cada día y, además, decirlo sin palabras.

Pero este reportaje no va sobre mi perro, sino, el de mi hija y los valores que aprendemos de nuestros hijos.
Cuando mi hija era pequeña, cogí en adopción una perra Bulterrier, de un criador de Cockers, que fue maltratada por pelearse con dos de sus perros. Llego a nuestra casa y en momentos ella y mi hija se llevaron de maravilla....ahí empecé a ver que mi hija había adquirido un don. EL AMOR POR LOS ANIMALES. Pero también observe que la susodicha perra, también se había dado cuenta, convirtiéndose en su ángel protector. Allá donde iba mi hija estaba Xineta, que así se llamaba, tal vez por sus ojos alargados y pequeños.
El trascurrir de la vida, me ha llevado a sentir verdadera pasión por las motos y todo lo que significa la hermandad, amistad y la fortuna de poder disfrutar de muchos placeres de la vida como viajar, observar, aprender, pero sobre todo el amor por los amig@s. Sin dejar de admirar a los animales, sobre todo los perros, pues de ellos aprendí y casi creo que formaron parte de mi forma de ser.





Hoy mi hija sigue esa estela, que tanto su madre Dulcilicia como yo le inculcamos.....pero nos ha superado, además ella es instructora de formación en el carácter de los perros.
Ona es una podenca, la cual adoptaron Zaida y Fran. Adoptar una mascota es un acto noble que refleja la grandeza de quien decide hacerlo. Compartir con un animal nuestro tiempo, invertir dinero, abrir las puertas del hogar y el corazón, brindar cariño y atención continua a quien más lo necesita nos hace más humanos y nos describe como personas amables y de buen corazón. Esa es mi hija......

Hoy ha participado en un concurso de Agility, donde lo más importante para mí es que tanto Ona como mi hija van superando y creciendo sus valores, lo de menos es el resultado del concurso (que por otra parte, no ha estado mal).



¿Que es Agility?
El Agility es una competición canina abierta a todos los perros. Consiste en hacerles superar diferentes obstáculos con el fin de valorar y potenciar su inteligencia y agilidad. Se trata de una actividad educativa y deportiva que favorece su buena integración dentro de la sociedad. Esta disciplina implica una relación armónica entre el perro y su guía, lo que redundará en la perfecta relación del equipo. Por lo tanto, es necesario que los participantes posean las bases elementales de educación y obediencia.

Recorridos
El recorrido está compuesto por la mayor variedad posible de obstáculos cuya colocación sobre el terreno determina el grado de dificultad y velocidad. Deberá ser efectuado por el perro en un tiempo definido y los obstáculos, realizados en el orden marcado.


El trazado del recorrido queda a la entera imaginación del juez, pero el lado natural de conducción debe cambiar al menos en dos ocasiones.




 
Desarrollo de las pruebas

El guía se presenta en la pista y sitúa a su perro en posición sentado, tumbado o de pie, detrás de la línea de partida. Si el perro aún posee correa, entonces se le quitará junto con el collar. Su uso no está autorizado durante la competición por razones de seguridad. El guía no deberá llevar nada en sus manos durante el recorrido. El guía podrá elegir libremente su posición durante el recorrido.



Después de que el juez lo ordene, dará la salida a su perro, poniéndose en marcha el cronómetro en el momento en que el perro cruce la línea de partida.

 
El guía conducirá a su perro realizando los obstáculos en el orden marcado, pero sin tocar al perro o los obstáculos. No se permitirá que el guía realice, tanto por encima como por debajo, los obstáculos del recorrido. La prueba termina y el tiempo se detiene cuando el perro cruza la línea de llegada. Entonces el guía le vuelve a colocar la correa a su perro y abandona la pista.

 





El objetivo de la prueba es hacer que el perro pase el conjunto de obstáculos en el orden correcto, sin faltas, y dentro del límite del T.R.S. Sin embargo, el T.R.S. es sólo una referencia, un recorrido de Agility debe equilibrar la habilidad y la velocidad.

Para el adiestramiento se pueden utilizar varios sistemas, todos ellos basados en premiar al perro (comida, juego, caricias). Cualquier tipo de violencia está penalizado por las reglas de este deporte

No hay edad para practicar este deporte si eres amante de los perros, solo hace falta ganas y un poco de tiempo para jugar con él. En algunos países se fomenta la participación de los niños en el agility ya que refuerza la relación entre un niño y su perro, enseñándole responsabilidad, respeto y las bases de lo que es trabajar en equipo.





Aun hoy pienso en lo afortunados que fuimos al aparecer Xineta en nuestras vidas.... no pasa día que no la recuerde y piense que fue un ángel convertido en animal el que acudió para estar con mi hija y enseñarle todo lo que hoy es. Con sus defectos, y sus valores. Las cosas pasan por algún motivo. El azar no es tan loco como creemos, a veces es sabio y sabe poner las tildes en la letra correcta. Pero esta historia de cariño no acaba aquí. Continuará…pues día a día, entrenan las dos juntas para su crecimiento particular.



Un reportaje de LORENZO ANDANTE.




Para ELBLOG ELPERRONEGRO.


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